martes, 21 de enero de 2014

Senderismo Salto del Cabrero 20-01-2014

Hola esta pequeña aportación de quien escribe, no siendo la crónica oficial que la hará Pepe y aunque mis crónicas suelen estar cocinándose unos días más hoy me he levantado con ganas de que no se mande al horno y salga al natural como los bellos parajes andaluces que nos regala la naturaleza a la vista cuando lo visitamos, comenzamos nuestro encuentro los Malagueños con los Sevillanos en un a mañana fría de lunes y con un sol tan radiante como nuestras sonrisas. Partimos desde Málaga diez personas los justos para no tropezarnos ya que el grupo se hizo más grande de asistentes en siete caminantes Sevillanos dos provincias que se han hermanado en un grupo de senderistas, amantes de cuidar, respetar y conocer un poco más estas sierras malagueñas tan desconocidas para muchos y tan queridas por otros pocos. Llegados al lugar de cita para desayunar nos encontramos con una puerta infranqueable que rezaba "se abre a las 13 horas" con cara de asombro vamos dando vueltas hacia la plaza que como suele pasar casi siempre los lugareños nos dan muchas recomendaciones para tomar la exquisita pastelería y caliente desayuno pero nuestro empeño por encontrar a los escondidos Sevillanos nos servimos de la tecnología y haciendo la llamada pertinente se nos indica que estaba el bar exclusivamente abierto para nuestro grupo, salimos de la plaza entre charlas y risas volvimos al lugar donde la puerta se nos resistió a su apertura pero ya aclarado que había que entrar por un callejón un poco secreto traspasamos la puerta de entrada y olalaaaa nos tropezamos con un patio andaluz exterior precioso donde había una fuente que corría agua desde una maceta muy curiosa hacia una poza con el sonido propio de un lugar de calma, sin que nos diéramos cuenta una persona que dijo bajo donde no fué oído por el resto voy al Cajero a sacar dinero a su vuelta a la plaza no nos encontró, fue un abandono que celebramos cuando por fin se unió en nuestra búsqueda. Como pasa siempre antes de llegar a reunirnos muchos asistentes les embarga la alegría y la curiosidad de que la familia nunca termina por conocerse esperando caras nuevas y reencuentros que se van echando de menos, llegamos a desayunar en el Restaurante "las Piedras" haciéndo honor de las muchas que nos encontraríamos por el camino, el lugar elegido por el guía que siempre busca que nos atiendan como reyes donde no falta de nada, así es que al abrir la puerta hay presentaciones, apretones de manos y porqué no decirlo un abrazo con el calor que deja la amistad y tan agradecido es darlo como recibirlo, se sienta todo el mundo, y una persona que ya ha desayunado en casa decide ir a dar una vuelta por el pueblo tan bonito y con encanto como es Grazalema haciendo unas fotos de unos rincones que da fiel reflejo de sus calles de un pasado lleno de historia en donde hubo antaño mucha actividad árabe como romana. Con las energías para hacer una ruta marcada por mucho frío donde el sol nos acompaña en todo el recorrido, comenzamos un camino por una senda donde era transitable, ya cuando nos metemos en el parque natural vamos encontrando mucho barro de anteriores días lluviosos, al comienzo el barro se hace cada vez más pantanoso y según avanzamos el parque deja sus señales en los pantalones, cruzamos varias cancelas que deben cerrarse como se hacen en el camino de Santiago y por un momento me pareció que me encontraba en dicho camino, ya en las primeras cancelas un pastor cuidando de su rebaño nos dice en voz alta para ser oído a la distancia por nosotros "cerrad la cancela" a lo que siempre el último ha hecho cuantas hemos pasado que fueron tantas que no puedo acordarme de el número sí el tamaño. Mientras nos vamos adentrando al parque natural ya pasamos la indicación que veníamos buscando "El Salto de Cabrero" que seguramente responde a una leyenda, ya cuando podemos contemplar en el mirador una gran Roca tan grande como inalcansable en la pared de enfrente podemos apreciar unos colores y belleza que aunque las fotos den fiel reflejo de su matiz y grandeza, contemplamos en la cima varios buitres sobrevolando, apurando el paso para hacer el recorrido con luz, llegamos al mediodía al pueblo de Benaocaz justo en un mirador lleno de bancos donde los primeros pueden degustar en el bar un vinito de la tierra y cuando llega el resto de la comitiva va tomando posiciones en los bancos distantes y amarrados al suelo para no ser acercados entre sí, nos repartimos y hay algunos que si alguna mochila era ocupada no tuvo problemas con mucho cuidado apartarla para dejar el asiento a una persona, al final cuando la mochila se identifica su dueño sin enfadarse lo que hace es entre risas ceder lugar a quien la ocupó, momento descanso y juegos con un perro del pueblo que no se aparta de nuestro lado esperando comer de nuestros manjares y con cara de bueno hace la diversión de quien le da lo que lleva para el bocadillo, sin pérdida de tiempo y ya la brisa nos anuncia que nos pongamos en marcha porque las temperaturas comienzan a bajar, nos vamos tan rápido sin saber cuanto camino nos quedaba pero con las fuerzas suficientes para caminar el resto, a la salida del pueblo nos encontramos una calzada romana junto a un pueblo en ruinas medieval vestigios de un pasado que se resiste a desaparecer. Subimos por un camino lleno de belleza , y aunque va bajando la temperatura y el sol nos sigue acompañando, encontramos un pequeño riachuelo que corre y si bien la tecnología no estaba de acuerdo entre los 3 GPS que hubo en la ruta hubo que dar un grito a el guía porque para él faltaba 2km y para el GPS del final 5 o 6 km, asi es que como no se sabía claramente cuanto faltaba se decide ir a explorar de dónde venía esa agua que corría a nuestro lado, el desvío no suponía que nos fuéramos a retrasar pero la curiosidad puede más que 10 minutos de camino extra, llegamos a un final con una pequeña piedra que apostada en el suelo el agua que corre debajo era subterránea a lo que nos hacemos la última foto de grupo en un atardecer del parque natural, cruzamos el pequeño río y ya apurando el paso intentamos volver hacia los coches y como se hace difícil ser "jefe de cola" hubo de dejar que algunos nos retrasáramos para fotografiar unos árboles tan irresistibles como las piedras, pero intentamos apurar el paso para reunirnos con los demás. Mientras avanzamos nos vamos encontrando rebaños de cabras, vacas, terneros, caballos que en la tranquilidad no se molestan de ver que no somos sus cuidadores sino sus invasores de su prado, el barro en algunos lugares sombríos es tan pegagoso que parece que nuestros pies van pisando nata y entre risas intentamos no caernos aunque ya desde el comienzo alguien lleva la señal de un resbalón tan grande que el pantalón ya tiene el tatuaje del barro y a casa se lo ha llevado de recuerdo, dicho resbalón no pudo ser visto para ser fotografiado y fué preguntado cuando se ha secado y la señal era evidente. En todo el recorrido hubo muchas piedras calizas que en el sol radiante se apreciaban unos matices grises, blancos manchados con musgo, vimos muchos árboles que en la zona donde nos encontrábamos con tanta humedad era recubierto con un musgo que hacía más bello el verlo, muchos aprovecharon para tocarlos, subirse, y dejarlo en imágenes para el recuerdo. Y con nuestras botas amigas del barro según avanzábamos nos encontramos con un paso de agua donde un puente pequeño hizo las delicias de una parada tan reparadora como su sonido, yo creo que ver un río siempre nos da la alegría que donde hay agua hay vida y parece que las risas de ver aquello nos hizo que nos detuviéramos más de la cuenta, pero el "vamos,vamos,vamos" se hacía difícil que obedeciéramos perdón pero los árboles como las piedras a veces se vuelven caprichosas a nuestro paso, y nos llaman a que les saquemos unas fotos jejeje. Cuando el sol ya nos quiere abandonar nos falta poco de camino, hubo pequeños resbalones porque las piedras tenían escarcha y en la oscuridad hubo caída tan aparatosa como graciosa que no pudo más que la noche registrarla solo fué escuchada en el silencio de la noche, y apenas tuvimos que utilizar los frontales llegando al coche sanos y salvos. Nos quitamos las botas de la guerra llenas de fango para no manchar los coches, he de decir que a nuestra llegada a los coches alguien dijo que el termómetro exterior marcaba -1º y sin pérdida de tiempo y con el parabrisas escarchado pusimos caminos algunos a Málaga y otros con la idea de compartir un refresco a modo de despedida en el bar "Las Piedras" pero ya de camino y al calor de un coche donde el confortable asiento y la morriña de tener que apearce de un asiento tan cómodo como la conversación, al llegar al pueblo se decide continuar hasta Málaga, con lo cual queda pendiente de ese abrazo de despedida que hace tan reconfortante cuando uno vuelve a casa. Mis botas al llegar se encontraban en un estado donde pedían a gritos que pasaran por la peluquería para ponerse tan bellas para una próxima ruta y sin pérdida de tiempo se fueron a un lavado riguroso para sacar un fango resistente a despegarse tan fácil como ha sido pisado ya con los cuidados necesarios, tratadas con mimo, engominadas y bien secas sean tan agradecidas que en el siguiente camino quieran llevar unos pies tan cansados como son los de final de ruta, y como la crisis agudiza el ingenio se ofrece tratamiento de belleza de botas de batalla para quien quiera dar vida y cariño a un calzado tan necesario como útil en los caminos que faltan por recorrer. Ya a modo de despedida tengo que decir que gracias por vuestra compañía y sonrisa y queda pendiente de un abrazo que no fue dado antes de mi partida, he disfrutado de un día tan bonito por el paisaje como también de toda la gente que ha hecho posible trayendo su mejor sonrisa, y enhorabuena por el guía y colaboradores que han tenido la paciencia necesaria para que todos volvamos a nuestro hogar, un saludo a todos sois geniales. Mirta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario